Marcelo Barros
grama ediciones
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Cuando hablamos de la condición femenina, la expresión puede aludir al
estado de la feminidad, a su posición subjetiva. Pero la voz "condición"
permite en español la doble significación del estado de una cosa por un
lado, y a la vez del requisito, de lo que tiene que darse para que algo
tenga lugar. Freud nos enseña que el amor de la feminidad, de lo que él
designó como el tipo femenino más puro y auténtico, tiene una
condición. Es ésta la razón del título de este libro. La condición
femenina no alude únicamente a la posición subjetiva de la mujer y al
estatuto de su sexualidad. Se refiere más centralmente a la condición
que esa sexualidad impone, por así decirlo. Es la condición de un deseo
que pudiera sostenerse allí donde ella, una mujer, encarna al Otro
absoluto. La de ser amada más allá de los espejismos en los que el
partenaire –y ella misma- se consuelan.
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